Puede
definirse la autodefensa psíquica como el conjunto de técnicas espirituales,
desarrolladas para contrarrestar ataques de entidades, influencias negativas y
energías discordantes, que puede sufrir el individuo o su grupo familiar.
Es importante
señalar que la autodefensa psíquica funciona tanto para aquellas arremetidas
que son generadas de forma inconsciente, como para las que responden a la
intencionalidad de uno o varios atacantes.
Normalmente,
los ataques psíquicos son rechazados por el campo energético que rodea a cada
persona, sin embargo, existen individuos con un alto grado de susceptibilidad a
este tipo de influencia. Ancianos, niños, mascotas, personas enfermas
(psicológica y físicamente), son más receptivas a los ataques psíquicos,
incluso cuando no son dirigidos a ellos, sino a miembros de su entorno.
Practicar
las técnicas de autodefensa psíquica fortalece el campo áurico, además de
proteger contra la presencia de desencarnados, entidades negativas, vampiros
energéticos y energías nocivas (parásitos espirituales, maldiciones).
Asimismo
permite crear un escudo o campo protector sobre los seres queridos o la propia
morada, reduciendo la posibilidad de que la negatividad pueda cernirse sobre
ellos, influenciándolos o modificando el ambiente
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